La hormona del crecimiento estimula el crecimiento infantil y ayuda a mantener los tejidos y órganos a lo largo de la vida. Es producida por la glándula pituitaria, que es del tamaño de un guisante (chícharo, arveja), y se ubica en la base del cerebro. Sin embargo, a partir de la mediana edad, la glándula pituitaria reduce lentamente la cantidad de hormona del crecimiento que produce.
Esta desaceleración natural ha desencadenado un interés en el uso de la hormona humana del crecimiento (HGH, por sus siglas en inglés) sintética como una forma de evitar algunos de los cambios vinculados al envejecimiento, como la disminución de la masa muscular y ósea.